martes, 30 de abril de 2013

Carrera Rock 'n' Roll Madrid 10K

Es mi primera crónica así que intentaré escribirla de la mejor manera posible. No puedo ser breve porque me gustaría contar muchas cosas. Voy a organizarlo por apartados.

Días previos

La semana pasada no fue una semana fácil. Por lo que había leído, es mejor bajar el ritmo de los entrenamientos en la semana de la carrera. Yo me vi obligado a hacerlo porque el miércoles y el jueves tenía que hacer un viaje por motivos de trabajo. No suele ocurrir, (de hecho, el año pasado solo tuve que viajar una vez en Julio), pero la casualidad quiso que fuera esta semana pasada. No es solo el hecho de no poder entrenar esos dos días, sino que el viaje (casi 4 horas en coche) es largo y cansado.

Como el viernes sabía que no podía entrenar por otros motivos y el sábado, que era el día anterior a la carrera, quería descansar, me mentalicé de que debía entrenar el lunes y el martes, a pesar de que el sábado y el domingo había corrido. Es más, el sábado había logrado llegar a los 10 km. El domingo había hecho 8, el lunes 7, y el martes 6. Después, ya no pude hacer ningún kilómetro más hasta el día de la carrera. También había leído que es mejor quedarse corto que pasarse. Tengo que decir que es totalmente cierto. Además, llevaba entrenando, más o menos en serio, desde que empezó Marzo así que, por decirlo de alguna manera, el trabajo ya estaba hecho.

Una vez despejadas las dudas en cuanto al entrenamiento, mi otra preocupación era el tiempo meteorológico. Ya había visto, desde hacía un par de semanas, que el 28 de abril iba a hacer mal tiempo. El caso es que, conforme iban pasando los días, la previsión iba empeorando: frío, viento y tal vez lluvia. Este tipo de cosas me quitan presión en lugar de intranquilizarme. Pienso que, si las condiciones meteorológicas no acompañan, me dan más margen para hacerlo peor, jeje.

Como no suelo tener ropa deportiva porque no tengo tiempo y pienso que a veces es más un negocio que una necesidad, (con la excepción de las zapatillas, claro está), no tengo unas mallas, que en este caso me vendrían bien. Otras veces, como las 3 San Silvestres anteriores, he corrido con un pantalón de chándal, que encima me queda un poco grande, pero prefería llevar algo más cómodo esta vez. Mi hermano y mi cuñada me dejaron unas mallas térmicas que mi hermano usa cuando va a Moscú (mi cuñada es de allí) y la verdad que fueron muy bien.

Para terminar los preparativos, pegué el dorsal con esparadrapo de tela. Sobre todo porque creo que con los imperdibles se te puede acabar rompiendo. También añadí un crespón negro en recuerdo de las víctimas del atentado de Boston. Me pareció lo mínimo que podía hacer por ellos. Como la camiseta azul era de manga corta, me puse debajo la camiseta de la San Silvestre 2007. No soy supersticioso, pero esta camiseta siempre me ha dado suerte.


La Carrera

Me levanté a las 6 para que, duchándome y desayunando con calma, me diera tiempo a terminar antes de las 7, y así poder dejar ese margen de 2 horas sin comer nada antes de la carrera. A la Plaza de Colón llegué a las 8:30. No estaba nada nervioso, y la media hora que quedaba para el inicio de la carrera se me pasó en seguida. Me gustaba el ambiente que había. Aunque normalmente me agobian las aglomeraciones, esto es distinto. Estaba rodeado de todo tipo de gente, pero formando parte de la multitud. Me gustaba escuchar a la gente comentar sus experiencias, sobre todo a los veteranos que ya habían corrido varias maratones. Sé que nunca pasaré de las carreras de 10 km porque soy muy consciente de mis límites pero admiro a la gente que corre maratones y medias (y los de las ultramaratones, ni te cuento).

Nunca voy con pulsómetros ni con aparatos que me digan cuántos kilómetros llevo. Me parece que estropean la carrera porque andas más pendiente de otras cosas que de la propia carrera. Lo mismo que ponerse los cascos. Te pierdes el sonido de tus pisadas, de tu respiración, de las pisadas y la respiración de los demás. En esto no voy a cambiar porque como me gusta correr es así, con lo justo, sin añadidos. Para mí, es mucho más divertido así. Puedes saber mejor cómo vas si estás atento a tu cuerpo que si te obsesionas con lo que te indica un dispositivo electrónico.

Una vez dada la salida, intento ir al ritmo al que voy en los entrenamientos, (a 10 km/h). Ni siquiera me doy cuenta de que estamos subiendo la Castellana. Quiero decir, que no me parece que la subida sea tan acusada como cuando la hice andando. En esos 3 primeros kilómetros, intento adelantar a la gente que considero que va más despacio que yo. Esto a veces es difícil porque no quieres molestar a nadie, y tienes que andar con mil ojos. Además, al estar las 3 carreras juntas hay muchísima gente. Una vez que llegamos al estadio Santiago Bernabeu, giramos a la derecha y, sinceramente, lo agradezco porque en ese tramo final, la Castellana ya se me estaba empezando a hacer un poco pesada, (que no dura). Además este tramo es una ligera bajada. En esta parte los corredores de la media y la maratón se separan de nuestro recorrido. Yo les aplaudo porque pienso que se lo merecen. Poco antes, había logrado escuchar a la primera banda cantando el clásico de The Cranberries, Zombie, en una versión un tanto "metalera" :D

Poco después, en el kilómetro 4, comienza la temida subida a Concha Espina. Al subirla noto que voy más o menos bien porque voy adelantando a corredores, pero la cuesta es dura. Al menos es bastante corta y lo que has subido luego lo bajas. Estaba contento porque había superado el que consideraba que era el peor obstáculo de la carrera. En la bajada notaba que me recuperaba más o menos bien del esfuerzo hecho en la subida y en seguida volvía a retomar la Castellana, esta vez de bajada.

Bueno, como principiante y novato que soy, tuve un pequeño lapsus en el kilómetro 5, justo donde el avituallamiento. Notaba que me había quedado un poco justo de aire en Concha Espina y quería coger una botella de agua. Justo cuando pasé, los que abrían las botellas, se habían quedado sin botellas abiertas y estaban abriendo otras. Me acerqué y me detuve para que me dieran una, sin darme cuenta de que detrás de ellos había unas cuantas personas con botellas abiertas ofreciéndoselas a los corredores. No creo que perdiera mucho tiempo allí y no me obsesiona el tema. Más bien me parece una anécdota graciosa, jeje. Además, me sirvió para darme cuenta de que puedo beber mientras corro, sin haberlo ensayado previamente ;) Solo bebí un trago pequeño, me eché otro poco en la cabeza y tiré la botella medio llena al contenedor. No me gusta desperdiciar el agua, pero no me quedaba más remedio.

En la bajada de Castellana intento no dejarme llevar por la sensación de correr más ligero por ir bajando en vez de subiendo. Intento, en la medida de lo posible, guardar fuerzas porque me queda la segunda mitad aún. En algunos momentos intentaba ir al mismo ritmo que algún/a corredor/a que tenía delante. Recordaba que en breves pasaríamos de la Castellana a Serrano. Había quedado con mis padres, (que estaban este finde pasado en Madrid), y con mi hermano en que nos viéramos en la esquina de Ortega y Gasset y Serrano. Parece una tontería pero hace ilusión que vayan a verte. Es más, creo que esa cuesta de Ortega y Gasset me costó menos gracias a ellos. En las fotos que me hicieron, aunque no soy muy fotogénico, se me ve feliz. Así es como me gusta verme cuando corro, con una sonrisa en la boca. Como debe ser :D

Ya solo me quedaban los últimos 2,5 km. Poco antes de la Puerta de Alcalá, a partir del kilómetro 8, empieza una pequeña subida y me doy cuenta de que empiezo a ir un poco justo. No mal, solo un poco justito. Me lo tomo con paciencia sabiendo que ya no queda nada. Los ánimos de la gente también hacen mucho. Al torcer hacia O'Donnell, sobre el kilómetro 9, contemplo con horror el túnel por el que debemos pasar. Pienso en que es la última subida y que al entrar en el Retiro ya está todo hecho.

Cuando salgo del túnel noto una mano en mi espalda y me encuentro con un compañero de trabajo. En realidad no nos conocemos mucho, solo de vista, pero me hace ilusión verle allí. Hacemos la entrada al Retiro juntos. Sin hablar, porque ya iba un poco al límite, y no podía en ese momento correr y hablar. Noto que él va mejor que yo, obviamente porque me había alcanzado, y no intento seguirle, solo tenerle a la vista. Veo que el marcador de la meta pone 53 minutos y algunos segundos y ni siquiera intento forzar en los últimos metros porque, si había visto bien el marcador, 53 minutos estaba más que bien, cuando yo pensaba que tardaría más o menos una hora.

En la meta me vuelvo a encontrar con mi compañero de curro y estamos hablando un buen rato mientras recogíamos las bebidas y la medalla. Es la vez que más he hablado con él y mereció mucho la pena. En la clasificación posterior vi que mi tiempo oficial era 53'07'', y mi tiempo neto 50'06''. Curiosamente, en mi tiempo oficial tardé 5 segundos más que mi compañero, pero en el tiempo neto le saqué más de 1 minuto. Al final, no sé cuál es el tiempo que realmente vale, jajaja.

Reflexiones

Le tenía un poco de miedo a esta carrera porque su perfil es bastante más duro que la San Silvestre y porque era mi primera carrera distinta de una SanSil. Mi objetivo inicial era poder terminarla. Reconozco que todos mis entrenamientos fueron con esa idea. Quizás por mi empeño en seguirlos a rajatabla han hecho que el resultado sea mejor de lo esperado, no lo sé. En cualquier caso, estoy muy contento. Aunque siempre digo que el objetivo para mí es pasárselo bien, no hacer marca, lo cierto es que siempre te hace ilusión cuando mejoras tu marca personal.

Tiene gracia porque inicialmente no quería apuntarme a esta carrera. Cuando hice el plan de Carreras para este año, al principio la había descartado porque su perfil no era fácil y porque me parecía cara. Al final, es cierto lo que he leído en los foros, cuando la gente pregunta qué carrera es mejor para hacer mejor marca personal, y la gente contesta que la mejor carrera para hacer mejor marca personal es en la que mejor te encuentres. O lo que viene a ser lo mismo, que en cualquier carrera puedes hacer tu mejor marca personal porque no depende del recorrido sino de cómo te encuentres tú.

Otro aspecto positivo es que me he dado cuenta de que sé dosificar bastante bien las fuerzas. Es cierto que en esta carrera terminé un poco al límite y que tuve alguna que otra distracción. Aun así, creo que supe guardar bien las fuerzas. Es algo que he adquirido con la experiencia y con el entrenamiento. Algo no tan positivo es que, a pesar de haber trabajado el fondo, en algunas ocasiones, como en Concha Espina, o en la última subida antes del Retiro, me llegó a  faltar un poco el aire, algo que no me había pasado nunca.

Ahora tengo agujetas, sobre todo en los cuádriceps, pero supongo que es algo normal y de lo que me recuperaré en los próximos días. Lo mejor es que no me duelen las rodillas, a diferencia de otras carreras. Es algo por lo que también estoy muy contento. Ahora solo me queda recuperarme y empezar a preparar la Carrera del Agua. Por desgracia, tengo que renunciar a la Carrera Liberty porque ese fin de semana estaré en León y es imposible que pueda correrla. A lo mejor el año que viene, si todavía sigo con este "mono", jejeje.



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